Todavía vivíamos en dictadura y ser de Chacarita implicaba que los operativos de seguridad de la policía de la provincia fueran el doble o el triple que para cualquier otro equipo. Sin embargo, nadie paraba a la mejor hinchada de todos los tiempos, y ese 9 de Mayo de 1981 no sería la excepción.

Nunca, en todo ese torneo, Chaca jugó de visitante. Eran verdaderas invasiones a cada pueblo o ciudad en donde tocara, y el equipo respondía en la cancha.

La semana fue complicada porque el club había decidido no sacar los micros que siempre sacaba para que los socios acompañaran al equipo, porque habían intentado sacar al “Candombero” de la Isla Maciel, a lo que el equipo local se negó sistemáticamente.

Habría que marchar hasta allí por cuenta propia. Fue difícil. El día amaneció con una tormenta épica que hacía suponer que el partido se suspendería. Desde Radio Rivadavia anunciaban que la suspensión era casi un hecho, pero igual fuimos.

Llegamos con mi hermano y los chicos con los que íbamos siempre hasta la Boca, y de ahí cruzamos a la Isla en bote. La gente de la Isla no lo podía creer. Era una verdadera invasión. De hecho, es el record de recaudación de esa cancha hasta el día de hoy, y en ese momento fue uno de los records de recaudación de la fecha incluyendo algunos partidos de primera.

El partido era complicado, porque San Telmo había armado un buen equipo, pero en la cancha los 11 de Rolando pasaron por encima a los “candomberos”, y todo fue alegría. O casi, porque el 9 funebrero sufrió una fractura de peroné y lo mantuvo alejando por el resto del torneo.

Mañana volvemos a jugar contra ellos. Las circunstancias son diferentes. Chacarita debería haber ascendido en el 2023 y San Telmo debería hacer ascendido el año pasado.

Cuando salga Chaca a la cancha lo recibiremos como se merece, y a muchos se nos escapará una lágrima recordando a los que ya no están, pero que en ese lejano 1981, empapados por la lluvia acompañaron al mejor Club del fútbol mundial. Chacarita.