En algún momento se iba a cortar, en algún momento entre la suerte y lo poco o mucho que generaba este Chacarita iban a juntar sus caminos y nosotros terminaríamos un fin de semana con tranquilidad. Eso pasó esta tarde en San Martín.
Anibal Biggeri metió mano en el 11 que venía de caer ante Alvarado, por empezar afuera Oneto adentro Álvarez por otro lado Laurelli (una dupla nunca antes vista de entrada). Por otra parte, Melendez de cuatro para tratar de ser una opción más en ataque.
Lo cierto es que los primeros 10 minutos fueron todo lo favorable que podrían haber sido. El frentazo del ex Olimpo de Bahía Blanca fue excelso para cortar la tensión con la que arranca a jugar el equipo en esta temporada.
La carambola para el segundo tuvo esa cuota de suerte que mencionábamos antes, sin contar que previo había un penal enorme sobre Melendez. Sin embargo era 2-0 sin despeinarnos y cuando todos esperábamos tener una tarde un poco más tranquila de lo habitual pasó todo lo contrario.
La visita empezó a acumular gente en ataque y el funebrero nunca supo capitalizarlo. Claro, uno piensa un poco más en frio, los jugadores esperaban que no se les escapen los puntos como una semana atrás. Pero era muy temprano para ello.
El resto del partido se dio entre peleas, malas decisiones y centros al área que hoy no generaron demasiado peligro, por fortuna.
Llega la victoria en el momento justo, para tratar de tomar envión y soñar con una buena performance el viernes en Santa Fe. Sin embargo y metidos en lo que realmente importa, la racha se cortó y como reza el dicho, no hay mal que dure cien años.