El dolor por estar por primera vez en la tercera categoría del fútbol todavía nos invadía. Pero usted y yo sabemos como somos los hinchas de Chaca. Apenas comenzado el torneo llenamos la cancha jugando de local frente a Tristán Suárez y empezamos el campeonato con el pie derecho.
Ese partido lo ganamos 3 a 1 y otra vez la gente empezaba a soñar con el ascenso rápido.
El campeonato era larguísimo y era todos contra todos. Por nombres y por historia solo un equipo podía opacarle la fiesta a Chaca, el Lanús del Viejo Guerra.
La segunda fecha nos tocaba ir a San Miguel. Era el 13 de Marzo de 1981.Pese a el pedido de las autoridades de Chaca, de cambiar de cancha, la gente del “trueno Verde” se mantuvo y propusieron la construcción de una tribuna tubular que albergaría a 2000 hinchas.
Ese sábado, desde temprano, en Villa Maipú se veía que íbamos a ir unos cuantos más. Algunos se pusieron a los costados, sobre unos montículos de tierra que rodeaban a la cancha, pero los más decidimos ir a esa tribuna, con nuestra gente. La localía no se discutía, todo era tricolor.
El primer problema fue el recibimiento policial, que se repetiría durante todo el torneo. Maltrato, pasillos contra la pared para que pasáramos de a uno, algún bastonazo y los caballos siempre encima.
Ya dentro todo estaba preparado para que sea una fiesta. Confiábamos en el equipo de Rolando .
Chaca formó con Rivera, Carrizo, Santorelli, Celín y Redondo, Lobo, Barral y Gómez, Martínez, Coltrinari y Benítez.
El primer tiempo fue muy parejo y desde la Voz del Estadio se le pedía, a la parcialidad funebrera, no saltar en la precaria tribuna.
El calor era agobiante, pero al rayo del sol todos esperábamos el segundo tiempo. Chaca salió a jugar mucho mejor, y a los 28 minutos llegó el gol de Benítez, y la tragedia que no fue.
La tribuna no aguantó tanta euforia y se vino abajo, empujando a la gente hacia adelante, contra el alambrado, que cedió, permitiendo que muchos de los que ahí estábamos nos cayéramos en el campo de juego, sobre una verdadera montaña humana.
El primero en informar fue el programa del Negro Bullrich, que seguía el ascenso por Radio Rivadavia, y que se apresuraron a hablar de varios muertos.
Nada de eso pasó, pero los muchachos que estaban más abajo quedaron muy golpeados y algunos tenían cortes.
El árbitro del partido lo suspendió y después de hablar con la policía se resolvió continuar el partido con un cordón que impedía que los hinchas de Chaca pudieran ingresar al campo de juego, cosa que no ocurrió porque el segundo gol se festejó casi con los jugadores.
Chaca ganó su segundo partido consecutivo, como este año, y se puso el traje de candidato al ascenso.
Y Nosotros nos volvimos de esa cancha con la alegría del triunfo, pero sobre todo con la certeza de sabernos vivos para seguir alentando al Funebrero.