Ya pasaron 40 años y muchos de nosotros recordamos esa tarde de calor agobiante, cuando viajamos en una larga caravana por la General Paz rumbo a la cancha de Los Andes, en donde ya se sabía que las cosas no terminarían bien, por lo menos desde lo extra futbolístico, porque íbamos con la ventaja de los dos goles hechos por Fonseca Gómez unos días antes, en el partido de ida, jugado en River.
Muchos nos preguntábamos por qué, sabiendo la cantidad de gente que iba a alentar al funebrero, que superaba las 15 mil personas según algunos medios, no se hacía el partido en otra cancha. Podría haberse jugado en Racing porque todavía no estaba esa ley que prohíbe cambiar de distrito un partido, pero no, la gente de Los Andes quiso jugarlo en su cancha, aunque no entráramos. 15 mil hinchas que llenamos una tribuna en donde el sol caí como queriendo castigarnos, sin baños, sin agua, sin bebidas, y cuando aparecían los vendedores de coca cola los más grandes nos recomendaban no comprarlas, y estaba en lo cierto.
Habíamos clasificado al octogonal por la diferencia de un gol y el equipo estaba en formación. Lleno de pibes que eran grandes jugadores, con un técnico que se las sabía todas, el “viejo” Guerra. Pasamos por ese octogonal “batallando”, en todo sentido, contra Tigre, con el flaco Argüeso convertido en ídolo. Después nos tocó un Italiano al que pudimos vencer en dos partidos 1 a 0. Y por último, el escollo del equipo del negro Marchetta, que parecía el gran candidato a ganar ese octogonal.
Volviendo a la tarde de calor de aquél 27 de Diciembre de 2023, el partido fue muy malo, salvó los 20 minutos del segundo tiempo, en los que el crack de Enrique Ezequiel Borrelli, acompañado de la “vieja” Yalvé, con Marioni y Rodríguez robándose todas las pelotas, le iba a poner lustre al fútbol.
El primer tiempo había terminado 2 a 1 a favor de Los Andes, pero la charla del “viejo” Guerra fue fundamental para que esos pibes se comieran la cancha, y a los 25 minutos del segundo tiempo ganábamos 3 a 2. Ya no importaba el calor porque estábamos muy cerca de volver a primera. Llegó el empate y los últimos minutos se vivieron con mucha angustia. Cerca de los 40 algunos hinchas de Los Andes, cuando vieron que no iban a poder arrebatarnos el sueño, se metieron en la cancha para arrebatar otras cosas.
Los hinchas de Chaca, muchos de ellos, se metieron también a través de un alambre roto, para defender a nuestros jugadores. Los de ellos retrocedieron, y los nuestro avanzaron para festejar, casi hasta la tribuna local.
La Policía llegó tarde, como siempre, y como siempre empezó a los bastonazos y a los machetazos, pegando desde arriba de algún caballo. Hasta ahí se jugó el partido. Nos volvimos con la alegría del ascenso, pero con el temos de una dura sanción que, según algunos medios periodísticos, decían que podría incluir la suspensión del ascenso.
No ocurrió, pero tuvimos que jugar los primeros cuatro partidos sin puntos, sin plata, y sin nada.
Fue una de las tardes más alegres de nuestras vidas.
Pasaron 40 años. Pero es imposible olvidarse de aquel 27 de Diciembre de 1983 cuando el termómetro se desmayó de calor.
Los Andes: Víctor Damiano; Luis Escobedo, Enrique Medina, José Tiburcio Serrizuela, Carlos Podeley; Aldo Ifrán, Guillermo Aramayo, Rubén Pérez; Néstor Garay, Víctor Alarcón, Nicolás Cuellos.
Cambios: ST: 11m Jorge Cabrera por A. Ifrán; 22m Eduardo Pizzo por E. Medina. Suplentes: Teodoro Wenner, Eduardo Arrieta, Marcos Castro.
DT: Jorge Pedro Marchetta.
Chacarita: Claudio Argüeso; Luis Abramovich, Oscar Giorgi, Osvaldo Ingrao, Alejandro Cánova; Guillermo Rodríguez, Roberto Marioni, Gustavo Yalvé; Daniel Godoy, Enrique Borrelli , Oscar Fonseca Gomes.
Cambios: ST: inicio, Rubén Ramírez por G. Yalvé; 25m Sergio Escudero por E. Borrelli. Suplentes: Miguel Rivera, Osvaldo Pereyra, Ricardo Zielinski.
DT: Juan Manuel Guerra.
Goles: PT: 11m E. Medina (en contra); 14m O. Giorgi (en contra); 24m J. T. Serrizuela (penal). ST: 4m E. Borrelli; 23m E. Borrelli; 33m J. T. Serrizuela (penal).