Un empate en la última fecha que te posibilita definir de local en el reducido, si, nos sabe a mierda. Porque todos sabemos que este equipo estaba para jugar la final pero entre las bajas, el sprint final con baja producción de puntos, los que dejaste en el camino y la victoria de Independiente ante Maipu es el cóctel que no queríamos tomar esta tarde.

MUNDO CHACARITA como en cada partido del funebrero en este torneo vino a Rafaela a llevarte las mejores noticias y nos volvemos con una sensación de impotencia que ni el silencio en el largo viaje de vuelta va a sacar

Yendo puntualmente al partido a Biggeri no le toco más que improvisar posiciones, sobre todo la del doble cinco, porque si bien, Nico Gomez podía jugar ahí, ni Pombo ni Chavez lo habían hecho. Aún así Chacarita tuvo las más claras de la primera mitad.

Hasta que llegó el gol de Gimenez, esa ausencia que se hizo notar en San Martín una semana atrás, metió el pie para que Peano no llegara a sacarla.

1 -0 y a aguantar, así se fue la primera mitad, sin chances peligrosas para el arco de Correa sin embargo marcabamos desde la cabina 19 del estadio de Rafaela que era imperioso dejar de cometer faltas y perder referencias en el retroceso

Ya en la segunda parte el avance del local era algo lógico y previsible, así como que a Bieler no había que dejarle una pelota para que le pegue al arco sin embargo una falta cerca del área le dio la chance y hubo que buscarla en el fondo de la red

A partir de ahí la desesperación, el tratar de embocarla, además de recibir la única noticia que no queríamos recibir desde Mendoza.

Chacarita lo pudo ganar con un cabezazo de Rasic que se fue cerca pero no alcanzó, pata colmo de males en el final, literalmente, del partido Zanini irresponsablemente se hizo echar.

Veniamos por todo, lamentablemente nos vamos con el premio consuelo que es jugar el reducido que para nada esta mal. Pero si tenemos en cuenta que Chacarita estuvo gran parte del torneo en la cima, y que jugaba contra todo y contra todos, el de hoy no deja de ser un empate que duele.