EL EQUIPO DE ANIBAL BIGGERI CHOCO CONTRA SUS PROPIAS LIMITACIONES Y CON EL ARBITRAJE DEL NEFASTO NAZARENO ARASA.
Decíamos en el comentario post partido que una vez pasada la calentura por el descarado robo de Nazareno Arasa y su cuerpo arbitral deberíamos analizar el rendimiento tan dispar del equipo ante un rival que, de base, se sabia que podía plantarse de esa manera en el terreno de juego.
Lo cierto es que a lo largo del primer tiempo, salvo esa ráfaga de 4 minutos después del gol de Tristán Suárez, Chacarita fue un cúmulo de errores y chocó con una pared de hombres con camiseta blanca por volcar todo su juego por el centro.
Lo cierto es que los primeros 45 minutos se convirtieron en una remake del primer tiempo ante Estudiantes de Caseros. Errores, malos pases y contras a favor del rival.
El segundo tiempo la dinámica cambió un poco y el equipo intentó algo más y mejor. Hizo, lo que le pedía el juego. Abrir la pelota a las bandas e intentar desde allí llegar con más claridad al arco de Suárez.
Los cambios tras el bajo rendimiento tanto de “Coquito” Rodríguez como de Pugliese cambiaron la fisionomía del equipo y le dieron mayor identidad y fuerza a la hora de buscar el arco rival. Pero como siempre, faltaba la contundencia. Para solucionar ello, Anibal Biggeri también mandó a la cancha a Facundo Pulicastro.
Que así como nos hizo delirar en Campana, esta noche nos hizo maldecir a todo lo que se nos cruzó por la cabeza cuando estando junto a Giménez contra el arquero, dió el pase que era el empate a falta de, por lo menos, 20 minutos por jugar de una manera tan defectuosa que ni siquiera él mismo pudo reponerse a tremendo fallo.
Por fortuna del destino, una pelota parada y el cabezazo del 9, que también había errado un mano en el primer tiempo, puso el empate. Pero faltaban 10 y Chacarita tenía la obligación de ir.
Fue tan así que se dieron los mejores 10 minutos del partido y hasta hubo 2 o 3 chances bastante claras que faltaron solo por empujar. Pero claro, a falta del bloque defensivo del equipo visitante, también había que luchar contra el árbitro. Algo a lo que también hicimos mención en la transmisión de Mundo Chacarita .
Pero lo peor estaba por venir, porque en un avance, Beltramone, que cada vez que entra revoluciona el equipo, puso a correr a Juan Cruz y este, por línea de fondo, puso el centro perfecto a la cabeza de Pulicastro que tuvo la de la redención pero lo empujaron desde atrás y cuando todos pensabamos que Arasa, haría justicia como debe, dejó seguir la jugada sin sancionar el penal correspondiente.
En la última del partido Chacarita lo pudo ganar, pero Astina, en posición adelantada empujo la pelota y la mandó por arriba del travesaño. Pero, sinceramente, creo que si no la hubiese tocado igual hubiesen cobrado la posición de adelanto.
Punto que sabe a derrota, por el rival, por como se jugó y por lo que el árbitro prohibió. Será cuestión de esperar, entender que regalar un tiempo como el de hoy en este tramo del torneo puede ser fatal y encarar el parate de la mejor manera con la mente puesta en el clásico.
La realidad marca que hoy el funebrero jugó contra propios y extraños.